domingo, 28 de marzo de 2010

El mesias de Quios (dedicado a Marco)

La mesa esta servida. Sentados y enfrentados los dos. Tus ojos me miran como sabiéndolo todo. Yo, tu discípulo, te escucho atentamente, te sostengo la mirada como abriendo mi mente. Tus palabras tienen tanto peso como los cubiertos de plata. tan densas de significado, tan dulces, tan exactas que me llenan el alma. La palabra es tu única forma de libertad, y escucharte para mi es romper poco a poco las cadenas que me tienen atrapada en esta juventud sin certezas.
El porro, el café, y el cigarrillo, son parte de este hermoso ritual que nos contiene. Hablame que yo te escucho.
La música de fondo que con vos se hace auràtica nos acaricia los pies, y a veces mas que eso, se hace presente en todas sus mascaras.
Sos para mi el mesías que ha venido a traerme LA POSTA. Desde el lugar mas sagrado, mi poeta, mi amigo, Homero te ha enviado.

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