domingo, 28 de marzo de 2010

Rezo por vos

Su mano se deslizaba con violencia de la de el. El creyó que ya no podría traerla de vuelta. Ella estaba aterrorizada, y a mil sensaciones y pulsaciones por segundo pensaba qué pasaría si ese vació no llegaba a ser llenado por nadie mas, nunca. Ya no había paz, las voces del silencio se alzaron contra ella para seguir reproduciendo la duda y el temor, el amor y el dolor, la sangre que se pierde en cada intento. Todo o nada?, sentía ella y se volvía a sumergir en llanto. El alma le temblaba al mismo tiempo que su corazón parecía aquietarse. Acaso estaba muriendo?. Bueno....sentía frió, y era como si la oscuridad la envolviese de a poco, pero esta vez, al final del camino, no veía luz, ni bichitos de luz.
A cada ratito tenia destellos de lucidez y se pensaba como una criatura que necesitaba crecer y convertirse en una versión mas evolucionada de lo que era, o alguna vez fue. Cuanta frialdad tiene, uno, que tener para no dejarse llevar?. Los momentos de gloria se aparecen como fotografías, y ella no puede, todavía, entender tal desprendimiento. Un desgarro del ser, sintió. Ella era triste, pero hoy estaba muerta.
Los ojos lloran las ausencias, y las miradas no se olvidan, pero ella, ella sufría y desaparecía del mundo del solo hecho de pensar que podía ser olvidada por el.
Al regalarle su mundo ya no le quedaba demasiado. Cuàntas veces uno puede regalarle el mundo a alguien?. Y la luna?. Y Marte? y una canción?. Cuàntas canciones pudiste regalarle a alguien mi amor?, le preguntò ella al aire del parque, pero antes de pensar en la posible respuesta ya estaba pensando en otras cosas, y cada tanto volvía a resonar la pregunta: cuàntas veces uno puede regalarle la luna a alguien?.
Ella que amaba bailar sabìa bien que todo el peso del cuerpo puede mantenerse en el dedo gordo del pie. Entonces pensó, que tal vez, todavía, podía sostenerse con su meñique para no soltar su mano. Y con ese pensamiento se aliviò, y se quedò dormida bajo un árbol, como deseando despertar de algún sueño turbio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario